jueves, 10 de febrero de 2011

Diario de campo 6 Hablando sola

Y si ese beso significara más que sólo un beso? Y si se tratara de un compromiso? y si las miradas que se apagan significaran más que sólo miradas? Estoy pidiendo a gritos segundas oportunidades, soy una ladrona, una espectadora, soy en absoluto la partícula que tiene miedo a explotar y convertirse en un planeta.

Hace algún tiempo cuando recibía clases del profesor Venus, en diversas ocaciones comentaba que existen dos tipos de personas, existimos los ladrones y existen los asesinos, se le olvidó explicarnos que según el momento que estés viviendo en tu vida ocupas el puesto que te corresponde, en aquel tiempo yo creía que estaba en un punto muerto, él explicaba que a éste, no se le toma en cuenta porque no es correcto ser un intermedio.

Y es que si lo analizamos, es muy probable que de ambas opciones ninguna parezca favorable, aún así, él prefería, en realidad no recuerdo que prefería, pero para cuando yo me decidí a dejar de ser parte del inexistente punto muerto me creí que la mejor opción era ser una asesina, era feliz siendo una asesina, supongo que lo fui tanto y provoqué tantas muertes que ahora no le encuentro sentido a seguir matando, ahora me emociona más robar.

Me explico, estos dos tipos de personas responden a lo que cada uno es en clases, los asesinos son aquellas personas que aunque no siempre tengan algo que decir siempre quieren decir algo, hablan y hablan y hablan y en su mayoría alimentan a los ladrones, pero también asesinan los comentarios de aquellos que quizá tenían algo que decir pero o no se animaron o no se permitieron expresar lo que sentían en ese momento, los asesinos son los que quieren participar y aportar y en su enorme ego esperan siempre escuchar su voz , el problema es que ellos se olvidan de que del otro lado están los ladrones que deberían dejar de serlo, no para convertirse ni en punto muerto, ni en asesinos, la idea es que sea equitativo, que la carga de comentarios sea igual para cada compañero, los ladrones, por su parte son los que no hablan, los que escuchan, los que observan, los que callan y que aprenden de lo que otros dicen, sin embargo, tampoco son personas del todo buenas, puesto que en ese escuchar y aprender de los otros omiten sus dudas y no aprenden lo que aprenderían si participaran en clases, y todo esto suena a un tiempo inexistente, aprenderían, si participaran, son decisiones que al final del día sencillamente no tomamos, es más fácil seguir siendo ladrones y asesinos.

¿Y todo esto hacía dónde va?

Has estado escuchando sus palabras, has decubierto que hay más de lo que parece, ellos parecen no fingir, pero y si fingieran que no fingen?, entonces corres el riesgo de creerle a quien finge a la perfección. En su mayoría parecen tener el control de sus vidas, aparentan que saben lo que quieren, aparentan o en verdad tienen el control de sus vidas?.

Entre todos ellos está sentado el que parecía ser el perfecto ladrón, has estado observándolo en clases, él ha llamado tu atención, justo hoy actuó de modo diferente, hoy dejó salir a su otro yo, eso sucede cuando un elemento de cierta organización hace falta.

Llevas compartiendo clases con él durante tres semanas y de entre el observar y el callar él te parecía el perfecto ladrón, cada clase sentado, escuchando, no en punto muerto, siempre parecía poner atención, parecía siempre robar, cuando su mirada se clavaba en los labios del orador, y su lápiz se movía suavemente recorriendo las rayas de su libreta, quien también indicaba ser cómplice y testigo de tan respetable ladrón.

Se dice que los seres humanos tenemos la capacidad de retener el 30% de lo que escuchamos, te atreves a creer que el almacena cerca del 80%, el 30% que procesa al escuchar más todas esas ideas que atesora en la libreta.

Decías que hoy actuó de modo diferente.

Hoy, mientras la proferosa estaba fuera de clase, entendí que somos un hermoso grupo, algunos menos dependientes que otros, pero las instrucciones se llevaron a cabo, la clase sin ella me pareció que sería catastrófica, la verdad me llevé una hermosa sorpresa. Él dejó el lápiz en la paleta de la silla y se decidió a hablar, como jamás lo había escuchado hablar antes, el tiene el equilibrio.

Quieres pensar que no quiere asesinar, que no es del todo un ladrón.

En realidad no es un ladrón, quiero pensar que ama ver las ideas volar sobre su cabeza de un lado al otro del salón, que le gusta escuchar, parece que lee mucho, parece estar interesado en el peridismo y hoy él dejó de ser El perfecto Ladrón y se ganó mi respeto total, sólo me pregunto, ¿Por qué justo en el momento en el que la profesora no está para notar su valiosa participación? ¿Se sentirá más agusto entre jóvenes? ¿Por qué mientras otros que suelen participar en una clase normal hoy callan, el decide hablar?

Hablamos de desarrollo, de Perú, de los baños de la escuela, del Bus, de intentar ser quienes no estamos listos para ser y mientras las voces se apagan y los minutos pasan ,se escuchan los valiosos comentarios que aterrizan a buscar la mejora de nuestra manera de pensar, para de ese modo alcanzar el desarrollo de la comunidad.

Y al final como dice Irving Niño el día que no se aprende algo nuevo es un cía no vivido, el día de hoy yo aprendí mucho, significa entonces que recupero esos días en que aparentemente no vivi?

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